No es suficiente nacer payaso
Yolanda Valenzuela
@yovaro
Eros y Filia fueron abandonados en noches frías en las afueras de un circo, descubiertos por los asistentes al salir de la última función, con algarabía y gritos las personas se amontonaban a un lado de las taquillas.
Don Pocholo el dueño del circo se acercó para averiguar lo sucedido, es así como advirtió que dentro de una caja estaba un bebé.
En las confusiones y opiniones se pasó el tiempo y Eros crecía al cuidado de todos los que conformaban y daban vida a la carpa, siempre vigilante Doña Cilia esposa de Pocholo.
Cilia apenas recordaba los años cuando huyendo de los golpes de su padrastro y de una madre sumisa, temerosa, ignorante y creyente que las mujeres necesitan hombre para vivir.
Caminando a la deriva llegó a la carpa donde capturó su atención un payaso que en ese momento participaba con su número en la función de media tarde, Cilia asomando los ojos entre las carpas consiguió reír y olvidarse de la tristeza, el hambre y cansancio acumulado en dos días perdida en su desfortuna. A veces creía que Pocholo y ella habían nacido juntos.
Pocholo no tenía corazón para negarles albergue en aquella carpa que fue su cuna, hogar, oficio y vida, así a los dos años de llegar Eros, de forma parecida encontraron a otra niña en lugar donde descansan y comen los animales del circo, que de manera milagrosa no resultara lastimada, llamándola Filia.
Cilia se negó a denunciar el hecho, pretextando que Eros necesitaba alguien de su edad para jugar y compartir. Crecer en compañía y olvidar a momentos el ambiente quejoso de la decrepitud que olvida el pasado y ya sin futuro trituran el presente con miedos, indecisiones y viven postergando decisiones para la vida que no llegará.
Cilia: ¿Te acuerdas Pocholo como teníamos que defender cada palabra?
Pocholo: Como olvidarlo Cilia, creo que yo no estaría aquí si no apareces aquella tarde, cuando descubrí tu nariz entre las lonas de la carpa. Me preocupa contagiar de vejez a estos niños.
Cilia: No sucederá Pocholo si nos esforzamos por conservar la memoria, la juventud está en la mente.
Pocholo: Si tú lo dices Cilia, solo te pido que me ayudes a recordar, cuando los detalles se me escondan.
Cilia: Estos niños serán nuestra mejor memoria y una ventana al futuro si aprendemos a creer en ellos y en su enseñanza.
Pocholo: Cilia mía, a veces creo que aquella tarde con tu nariz mocosa debiste seguir, quizás la hubieras metido en una parte mejor, siempre postergaste tus ganas de ser mamá para cuando llegara la vida que tu juzgabas perfecta y mírate Cilia a tus setenta años educando niños.
Cilia: No te equivoques Pocholo, ¡salvando vidas! Que no es lo mismo.
Si hubieras aprendido a quererme sin lástima te darías cuenta que al crecer todos los destinos se parecen, la vida es un circo, con carpa o sin ella, hay funciones y cada quien elige el oficio que quiere o puede desarrollar, algunos encuentran juntas ambas actitudes, las bailarinas dan belleza y armonía con la música y los aplausos a las desgracias de su vida, el peligro constante de pender de un hilo la vida hacen olvidar a los acróbatas la buena vida en la que no nacieron y los payasos desempolvan las virtudes y rescatan recuerdos de los que encuentran la sonrisa en la sencillez y simplicidad de las palabras de un rostro burdamente maquillado con nariz roja.
Filia: Iris, tú ¿naciste bailarina?
Iris: No, Filia no nací bailarina, pero fue lo mejor que pude ser en esta carpa
Filia: Y yo ¿Por que nací payaso?
Iris: No naciste payaso, eres payaso durante unos minutos en cada función, solamente, tu serás lo que quieras ser, eres joven, ahora es tiempo de planear tu futuro porque realmente lo tienes y si eres inteligente no lo dejarás pasar, no te conformarás y tu origen te impulsará en los desafíos, porque sabes que en la vida hay peores cosas que tropezar
Filia: Con razón a Eros le gusta mucho platicar contigo, me voy Iris tengo que maquillarme para salir a la pista y pensando me fui al espejo y vi reflejadas mis dudas. ¿Cómo sabía tantas cosas Iris?, era solo diez años mayor que yo.
Como siempre hacíamos después de la última función Eros y yo nos encontrábamos detrás de la carpa y nos tirábamos en el pasto a contemplar las estrellas, a veces faltaba noche y sobraban temas, otras tantas noches compartíamos los silencios, aunque no hubiera estrellas.
Filia: Eros ¿Que platicas con Iris?
Eros: No platico con Iris, solo la ayudo en su rutina de ejercicios
Filia: ¿Y no platican nada mientras ella se ejercita?
Eros: Lo normal
Filia: ¿Qué es lo normal?
Eros: Nada. Olvidemos a Iris. Mejor cuéntame algo que te gustaría hacer. Se me ocurre que cada noche nos contemos una aventura que podamos ir realizando cuando tengamos oportunidad. Deseo estar siempre contigo, no imagino mi vida sin ti.
Filia: Esta noche es especial Eros, porque estamos haciendo un pacto. Tengo antojo de un beso bajo la lluvia.
Iris: ¡Pocholo se está muriendo y ustedes revolcándose en el pasto!
Al lado de la cama donde agonizaba Pocholo, estaba Cilia suplicándole que no la dejara, al otro lado de la cama lloraban sin consuelo Eros y Filia, amando al único padre que habían conocido.
Pocholo: Les encargo a Cilia, nunca olviden que es la madre que el destino les impuso, no los engendró pero los ama y con su amor los libró de un destino perdido, quizás nacieron con mejor estrella pero apagada, encuentren su propia luz, pero jamás olviden a Cilia, cuando ella ya no esté, podrán hacer con esta carpa lo que ustedes decidan, venderla, conservarla, rentarla o seguir viviendo de ella.
Muchas gracias por darnos motivos para vivir. Pero no olviden, que la vida no es apropiarse de los hijos y comenzar a robarles el destino para que carguen vejestorios.
Cuando tengan sus hijos no olviden mantener su propia vida para que no encadenen sus miedos y soledades a libertades que no les pertenecen, y para ello es necesario amar y defender su vida.
Filia: El circo continua, Eros, tengo ganas de andar en bicicleta, conocer la vida fuera de esta carpa de circo, quiero conocer el circo urbano, bajarnos de la bicicleta y tomados de la mano caminar platicando, detenernos en los silencios y descubrir tus pensamientos en tu mirada.
Eros: Que cosas dices Filia, pero se me antoja verte disfrutar de un helado. El fin de semana lo hacemos. Filia, ni te esperas a mi respuesta, ya estás dormida con una sonrisa.
Filia: Buenos días Eros ¿cómo dormiste?
Eros: Pensando en la sonrisa con la que siempre te duermes, ¿en qué te quedas pensando que te provoca esa sonrisa?
Filia: En lo mismo que piensas tú, cuando no te das cuenta que llevo tres noches contándote el mismo deseo.
Eros: Filia la otra noche me pediste que dibujara tu rostro con besos y al voltear ya estabas dormida
Filia: Despiértame, sorpréndeme antes del que el tiempo también se olvide.
Eros: De dónde sacas esas cosas ¡Filia! Te juro que a veces no te entiendo
Filia: ¿Solo a veces?
Eros: ¿Por qué quieres discutir Filia? Nunca lo hemos hecho
Filia: Hay tantas cosas que nunca hemos hecho, no sabemos hacerlo, jamás lo intentamos. Hace diez años tengo ganas de escalar una montaña y descubrir el amanecer a tu lado
Eros: Las persona cuando discuten se alejan, se separan
Filia: Quizás también se acercan ò se rescatan, a lo mejor ya te fuiste y no me he dado cuenta, a todo me dices que sí ¿y? Son solo intenciones, palabras, planes, después, un día de éstos y ¡sabes que! Necesito un hoy, un ya, necesito un tú valiente, con ganas de vivir, de conocer, un ser con curiosidad
Eros: Esas mañanas con Cilia te están haciendo berrinchuda
Filia: No es mi culpa, si con quien tus charlas no te hace aprender nada. Eros, la decisión es tuya
Eros: No se dé que hablas Filia
Filia: Ni yo tampoco. Me voy con Cilia, debe tener apetito, se me hizo tarde
Filia: Cilia, buenos días, se me hizo un poco tarde, debes tener mucho apetito, ahora estará listo tu desayuno
Cilia: Mejor cuéntame ¿Qué te pasa?
Filia: Nada Cilia, a lo mejor es eso, ¡estoy harta de que no me pase nada!
Cilia: Hay un mundo allá afuera Filia, dónde pasa todo, pronto no estaré y quiero que nunca olvides que la lástima no es suficiente razón
Filia: Cilia, me ahogan las carcajadas de la carpa en mi función, solo me salva un rostro que descubro en las funciones, en ocasiones ese rostro tiene una nariz que me sorprende, otras veces solo veo sus manos que me hacen imaginar, un cabello que se me antoja acariciar ¿Qué me pasa?
Cilia: ¿Es el mismo rostro?
Filia: No, para nada. Son pedazos de rostro, facciones que me parecen bellas y me las robo
Cilia: ¿Qué haces con esos pedazos
Filia: Sueño Cilia, sueño y ya estoy como Eros, y me odio.
¡Un día formaré un rostro!
Cilia: Filia, alcanza ese después pronto. Las decisiones también se olvidan Filia, con la pereza llega la vejez y la apatía encima, y sin advertirlo no pasa mucho tiempo sin que la muerte ronde.
Eros: Muecas, ¿viste por aquí a Filia?
Muecas: La vi pasar, debe estar donde siempre
Eros: Gracias Muecas
Filia: Llevas días Eros que no vas con Cilia y está preguntando por ti
Eros: ¿Qué estás pensando?
Filia: ¿Sabes de qué tengo ganas?
Eros: Dime
Filia: De tener un conejo blanco que coma fresas
Eros: Y ¿dónde hay esos conejos, que comen fresas?
Filia: Son conejos comunes Eros, pero yo lo enseñaría a comer fresas. También pensaba: vi a Iris hoy en la tarde antes de la primera función con un helado en la mano.
Eros: Yo le regalé el helado, ¿La felicitaste? Hoy es su cumpleaños
Filia: Hace años que no la felicito. Las personas que se quitan la edad, es porque desprecian sus años y si no cumplen años ¿de qué se les felicita?
En la última función descubrí unos labios como los tuyos que no saben sonreír, y estoy pensando que yo también lo estoy olvidando.
Eros: ¿Qué estás olvidando?
Filia: Sonreír Eros, tengo ganas de que alguien me haga sonreír
Eros: ¿Me reclamas la falta de pasión?
Filia: ¿Por qué te reclamaría a ti mi falta de pasión? También a ti ¿te hace falta pasión? ¡No lo creo! Te reclamo los motivos
Eros: ¿Cuáles motivos?
Filia: Los motivos que nos unían para compartir éste espacio, en las noches frías a media luz de estrellas
Eros: Como olvidar nuestro pacto
Filia: ¿De qué sirve que recuerdes el pacto? ¿Qué haces con los anhelos de cada noche en doce años?
Eros: ¡Pero si te duermes! Filia, nunca esperas mis respuestas
Filia: Solamente dormida puedo esperar tus después
Eros: ¿Vamos mañana a la plaza del suspiro? Para que veas la danza del agua y los mimos que tanto te gustan, en esa plaza adoquinada que alucinas.
¿Por qué me ves así?
¡Filia, Filia no te vayas!
Filia: Cilia, ¿estás dormida?
Cilia: No hija, te esperaba
Filia: Eros me está robando mis sueños lo he descubierto hoy
Cilia: No, estás equivocada, nadie te puede robar tus pretensiones. ¡Nadie!
Filia: Los pensamientos que yo le comparto los hace realidad con otras personas
Cilia: No Filia, el hace realidad la alternativa que no posee, pero no es la tuya
Filia: Tienes razón Cilia, somos lo que no se va
Cilia: Nunca lo olvides, vete a descansar
Filia: Gracias Cilia, buenas noches.
Eros: Desde el funeral de Cilia vives muda Filia, cada noche espero que nuestro pacto te haga salir de ese silencio, revives solamente para tu participación de cada función en el circo
Filia: No puedo dejar de recordar a Cilia y sus palabras: No hagas de la lástima una compañía y de la monotonía una comodidad, de la pereza una soledad acompañada y de tanta cobardía un desperdicio de vida, descubrir la valentía cuando tienes la muerte susurrándote el fin, y los arrepentimientos gritan cuando ya no sirven de nada. Los apegos son errores del pensamiento.
Eros: ¿Somos un error Filia?
Filia: ¡Naciste payaso! ¡Dime que no voy a encontrar un conejo en la habitación de Iris! ¡Dímelo!
El límite de la virtud y el defecto ¿Cuál es? ¿Conocerse y aceptarse?
El límite de la virtud y el defecto ¿Cuál es? ¿Conocerse y aceptarse?
Eros: ¡Filia no te puedes ir! Y ¿nuestros sueños?
Filia: Invéntalos, constrúyelos, comprométete ¡Manifiéstate! ¡Deja de tenerme miedo!
Estaré en la habitación que era de Cilia.
Buenas noches
Nunca había tenido mi propio espacio y ahora no sabía qué hacer con él, siempre creí que nací acompañada.
Desde niña Eros me susurraba: Despierta dormilona tenemos que practicar el arte de contar y hacer reír, nunca descubrí que él no sabía sonreír.
¿Quién puede criticar el oficio de contar?
Quizás todas las sonrisas me las dio a mí, y él aprendió a bailar. ¿Me importa?
No te engañes Filia, todo termina cuando las personas dejan sus vivencias para después.
Esos somos nosotros un después sin inicio, vivimos en la costumbre de casi nacer juntos, llevamos toda la vida juntos y doce años durmiendo en sueños que nunca realizamos, porque al cerrar los ojos pensamos en quien nos gustaría descubrir.
Me sentí rara despertar sin Eros, toda la noche me sentí yo, una sensación que no se fue y me acompañó hasta la cocina por un café para una mañana fría, salí buscando un poco de sol, un poco de recuerdos con apegos entre rayas blancas y azules, ausencias en una carpa de circo que no era un error, un conejo blanco llegó a mis pies haciéndome cosquillas con sus largos bigotes.
¿Sabes comer fresas conejo?
Hacía demasiado tiempo que no dibujaba con provocación y halago mi rostro de payaso, súbitamente llegaron a mi mente las palabras de Cilia hablándome con la esencia que aún perdura en la habitación de toda su vida.
El amor no se va a ninguna parte, no se evapora ni cambia de lugar, se esconde en el enfado, hombres y mujeres un día se ven envueltos en el, si ninguno de los dos lo descubre, lo percibe o advierte se pierden en las diferentes etapas que parecen olvido y vacío. Solo es enfado.
¿Cuánto tiempo llevo así?
¿Cuánto tiempo nos arrebató el hastío?
Cuando sientes cadenas sobre el corazón es el momento de volar.
Recordé pensamientos de muchas noches en demasiados años, perdida en las estrellas, queriendo rescatar la media de luz, llenado con recuerdo la ausencia del Patas de hilo y los ratos de sinceridad que teníamos antes de la función.
¡Como lo extrañé!
Entre sonrisas tristes los recuerdos brincaron en el corazón, con la añoranza del sobre nombre de Eros. ¡Patas de hilo!
Las tonterías espontáneas que surgen cuando la compañía llena el mundo y lo hace único y maravilloso.
No recibirás mi ayuda para acercarte, me ayudaré alejándote.
Solo es enfado y en esa frase me fui pensando hasta entrar a la carpa, llegó la hora de mi participación y seguía pensando en lo mismo, la payasa en su función y mi mentes buscando en el auditorio respuestas y mis ojos se detuvieron en la cara blanca con negro de un mimo que me hacías gestos de colores con una sonrisas que no había visto.
Jamás conocí la sonrisa de la que no se duda porque llega hasta la mirada, el rostro estaba completo, es el rostro de la nobleza, del que no se duda, se sigue y se atrapa para compartir el hoy de todos los días.
Me descubrí corriendo y el mimo desapareció, entonces comprendí que hace mucho tiempo tengo una cita en el parque del suspiro y al llegar, iniciaba la danza del agua con un mimo en una motocicleta que lo anunciaba.
La motocicleta se detuvo frente a mí, colgaba su nombre del cuello; Ágape se bajó y me entregó una cesta con un conejo blanco comiendo fresas.
Eros: ¡Filia no te vayas! Comprende, solo necesito probarme día a día para encontrarme y poder vivir para ti siempre
Filia: Yo no necesito extrañar para tener certeza, necesito equivocarme si es preciso defendiendo el día, el momento, el hoy para que no se escape
Eros: Te vas sin conquistarme Filia
Filia: No entiendes nada Eros, la pasión es la simplicidad, cualquiera lo puede dar, es lo fácil, todos los que quieren la tienen
Eros: Filia ¡No entiendo que quieres!
Filia: Quiero ¡Lo que no se va!
Eros: Por favor Filia, un día de éstos no será necesario probarme más
Filia: Un día de éstos Eros, quizás se encuentren mi hoy con tu después, ¿Ya viste? Tengo un conejo y come fresas
Eros: Enséñame a comer fresas a mi
Filia: Te pedí un conejo y se lo llevaste a regalar a otra
Eros: No sabía para qué era el conejo
Filia: ¡No te das cuenta Eros! Son los pensamientos con intención quienes señalan el camino
Eros: ¡Nunca he pensado!
Filia: ¿Pero aprendiste a bailar?
Eros: Tampoco sé bailar
Filia: ¿Qué aprendiste en todos estos años con Iris?
Eros: No se trataba de aprender, solo de verla bailar para mí. Siempre me apartaste de ti, me decías que no te estorbaba
Filia: ¡Era un halago!, si hubiera querido ofenderte te hubiese dicho: ¡quítate!
Eros: No escuché con atención, yo creo
Filia: Hablar no es lo mismo que comunicarse Eros. No aprendimos a comunicarnos
Eros: ¿Qué hago con la carpa?
Filia: ¡Lo que quieras! Solo me interesa el circo de la vida, actuar con precisión y observar cuando se deba.
En marcha la motocicleta Filia le dice a Ágape: dice Kika que necesita un compañero para enseñarlo a comer uvas.
Ágape: Vamos por un conejo para Kika
Filia: Perdida en gestos de colores me di cuenta que nunca es tarde para vivir mis mañanas, si me piensas, me sueñas y me esperas.