lunes, 19 de octubre de 2015
En el rincón del chile hay un rosal
En el rincón del chile hay un rosal
Nunca encontraba chiles en su alcoba, se levantaba y los cocinaba con las ganas y el antojo, los rellenaba con los pensamientos de la gula, el aroma de la lujuria llenó todos los huecos de grasa excepto, los que cavaba en el jardín para enterrar la rabia con hambre acumulada, y después de cada temporada perdida nacía un precioso rosal.
La historia es de quien la vive y no de quien la describe aunque haya muchos parecidos, y así, yo jamás he conocido las ganas de llenar con alguien mis sueños inconclusos y menos cocinar un chile con antojo de ninguna mañana, construyo murallas pero jamás se me ocurriría cavar con las manos y lo más cerca que he estado de un puño de tierra ha sido con una copa de más, a lo mucho he sembrado una mirada que no anuncia nada.
Balaustre:
Las letras no cuentan secretos