domingo, 14 de octubre de 2012
Equivócate de cuento, pero no de sueño.
Soñé un gato gris de ojos amarillos, mirada penetrante y estática, descansaba en sus patas y permanecía alerta con sus manos posando altivamente.
No puedo decir que no me haya dicho nada; la soberbia y arrogancia de los gatos habla por sí sola, pero yo creo que se equivocó de sueño.
¿Será un gato chino?
Moraleja
No me hables en chino ¡Quiero entender!