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YOLANDA VALENZUELA
Escuché en un medio nacional de noticias promoviendo Expo campañas que la ofrecen empresarios de productos y servicios que se utilizan en el diseño, estrategia y metodología para campañas electorales.
El monto destinado en las elecciones Federales del 2006 fue de 5,000 millones de pesos de los cuales se pagaban mensajes en radio y televisión que con las reformas a la ley ahora obtendrán la cobertura gratuitamente, cabe mencionar que la cifra citada no es el costo real de una campaña, debemos puntualizar que además del dinero que el Instituto Federal Electoral otorga a los diferente partidos políticos, también reciben aportaciones privadas en efectivo y en especie, lo cual hace cada día más cara y menos eficiente nuestra democracia.
Las campañas políticas han variado en su forma y contenido en los últimos años, algunas empezaron a utilizar el modelo norteamericano de gerencia política para hacer más efectivas sus estrategias de comunicación.
Lo toral en campañas políticas debe ser buscar posicionarse dentro del electorado, pensando en cómo se quiere que éste perciba al contendiente, para ello lo importante es el mensaje, que me sigue pareciendo vigente y efectivo el discurso con contenido que permite estructurar: profundidad y excelencia, donde el expositor se beneficia ampliamente si combina aptitudes, imagen, intelecto y juega psicológicamente con movimientos corporales en expresiones de voz y gestos.
Dentro del diseño del mensaje, debe considerarse la forma como el fondo de lo que se dice; la información que se desea transmitir tiene que ser del interés del grupo objetivo al que se quiere llegar, estar organizada, simplificada y sistematizada para ser entendida y captada para recordarla con facilidad, además de presentarse en los canales correctos y el impacto no se disperse.
La mayoría de candidatos en la actualidad prefieren expresarse con naturalidad y espontaneidad lo cual consiguen sin mayor esfuerzo, proyectando una imagen débil, descuidada y burdamente improvisada, olvidando que: No es lo mismo convencer que persuadir y solo candidatos inteligentes y preparados consiguen ambos propósitos al bajarse del pódium.
El electorado identifica, recrea y construye la imagen mental del contendiente, las historias ficticias y/o reales hay que aprender a contarlas con vivacidad y elocuencia, porqué definitivamente las letras bien acomodadas expresan mejor las ideas.
P.D “El discurso es el instrumento fundamental para entender el lugar que las personas ocupan en el universo”.