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@yovaro2011-09-03
Somos los únicos seres con el don de la palabra, la evolución de la especie tal vez no la hemos utilizado como se debe, es parte del error que, encontrando diariamente diversidad de consejos para utilizar correctamente cada una de todas las redes de información y/o sociales, encontramos poco puntualizados los consejos para respetar la autoría y tener presente no robar letras.
“Parece que desde hace años, las hadas han estado abandonándonos y sin embargo no se acaban de ir, lo mismo sucede con la palabra escrita. Hace ya un tiempo largo, que los profetas auguran la desaparición de los libros. Aquí estamos hablando de su estirpe y de su lujo como algo imprescindible. Cada mañana, durante miles de años, como quien sale de un sueño para entrar en otro, los seres humanos despertamos a un universo milagroso, cuya razón de ser no comprendemos, inermes, al principio nos pusimos a nombrarlo con el afán de imaginar que al decir fuego, viento, eternidad, cordura, conseguíamos comprender lo que somos. Sin embargo, no nos bastó nombrar el mundo para dar con el sueño de entenderlo, fue necesario poner nuestras palabras por escrito y leerlas mil veces hasta asir por instantes el mundo iluminado en que vivimos” Ángeles Mastretta
El anterior párrafo me parece el mejor ejemplo para recordar siempre que a todo texto le corresponde un autor, al mencionarlo se mide tu respeto y dignidad que garantiza admiración y agradecimiento por el autor que te permitirte apropiarte del conocimiento y disfrutar del placer que producen las buenas letras.
Entre admiración y desprecio que revela radicalismo e intensidad me quedo con la indiferencia para quienes a falta de inspiración y atención se niegan la satisfacción de escuchar sus propias letras.
La soledad encuentra compañía en las letras con sabor a risa y en ocasiones solo paz, los que hurtan por mucho que perfeccionen el arte de la distorsión de letras ajenas, creyendo justo firmar su versión, siempre los traicionará la acidez de su torpeza para alterar la sensación de los detalles con mezcla de pasiones y descripción minuciosa del autor que hace letras de sus sueños.
Sílabas unidas que se acomodan al escuchar los pensamientos, facilidad desarrollada y/o adquirida, el arte de crear dividido en disciplina e inspiración, hábito con el que duermes y despiertas, alimentándolo en la curiosidad de sentir cada segundo, con los minutos que se forman en todas las horas de una vida vivida.
Quien sabe robar, lo hará con una letra, un tweet, frases, ideas, también sueños, pero resultará imposible hurtar la esencia, la paz que deja una expresión precisa que se llena en la sensación íntegra de la experiencia que se intensifica en un minuto capturado en letras.
La asiduidad de escuchar los sentidos con pensamientos hechos textos, letras que desarrollan personalidad, perfil, tendencia y estilo, característico de quien desarrolla el oficio de sobrevivir y acompañarse en la búsqueda constante de lo perdido o no encontrado en la realidad sin poesía, es la virtud de lo que nadie puede firmar por ti.
P.D Nunca gatear, si tienes el impulso de volar. Heller Keller