Querer a un mudo es muy cómodo. No son desagradables como uno pensaría.
Normalmente su origen es la coincidencia, viven de la imaginación y sobreviven del agradecimiento cuyo origen, ignoran.
Las personas que estorban hay que ayudarlas a irse.
A las personas inteligentes se les convence a las menos afortunadas se les persuade, porque las palabras bien acomodadas expresan mejor las ideas.