Mis entrelineas de La ridícula idea de no volver a verte
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“Como no he tenido hijos, lo más importante que me ha sucedido en la vida son mis muertos porque solo en los nacimientos y en las muertes se sale uno del tiempo”.
Te joden bien, tu padre y tu madre.
Quizá no sea su intención, pero lo hacen.
Te han colmado con los fallos que ellos tenían
Y han añadido algo extra, solo para ti.
La miseria se transmite de persona en persona.
Se va haciendo tan honda como una fosa marina.
Sal de aquí tan pronto como puedas,
Y no tengas hijos.
(Philip Larkin)
El amor más grande que he sepultado es mi Bella, una perra que fue mi niña peluda de cuatro patas y me regaló catorce años de compañía, miradas de ternura, suspiros demandantes, y que me obligó a abrir mis espacios para compartirlos, todo lo mío lo sabía y sentía de ella, el egoísmo no perturba cuando el amor es sincero y recíproco, comprobé que tengo alma cuando la sentí desmoronarse y hasta creí ver caer los pedazos cuando llegó el momento de regalarle una muerte digna, ningún día era el adecuado para nuestro último abrazo y sentir su nariz helada; no necesito que cada libro que leo valide un recuerdo, una idea y una sensación pero cuando sucede, en una línea o una intención el libro se vuelve recordatorio, plumero que esparce el tiempo que no diluye las pérdidas pero anestesia la pena. “¿En las narices de quién?”
Tenemos que hablar de lo que la muerte deja para continuar, agotar el tema, si podemos, porque lo “primero que arranca el dolor es la palabra” y aunque nadie transita igual por el proceso, es bueno leer La estúpida idea de no volver a verte de Rosa Montero quien nos comparte su experiencia de vida frente a la muerte, y no sé, si nos enseñe pero podemos aprender a encontrar nuestra propia manera.
“La característica esencial de lo que llamamos locura es la soledad” esa soledad que a mí no me causa pena, pero sí conozco la necesidad de enajenarme en las contradicciones que me obligan a confrontar la expectativa, el encierro es un refugio y el silencio una caricia.
“¿Y qué demonios es siempre? Es un concepto inhumano, sin posibilidad”. Siempre faltan besos cuando la muerte no es propia. Cuando la muerte no es en primera persona, la incongruencia hace la vida, que siempre continúa.
“Beso lo que queda de ti a pesar de todo.
(Marie Curie)
La vida no basta, si olvidamos impregnarnos de los detalles que dan brillo a la mirada, eclosionan la emoción y estrangulan la razón cuando nos faltan “En el origen de la creatividad está el sufrimiento, el propio y el ajeno”.
Regresa el Cazador de su jornada, magullado y exhausto, y arroja el cadáver del tigre a los pies de la Recolectora, que está sentada en la boca de la caverna separando las bayas comestibles de las venenosas. La mujer contempla cómo el hombre muestra su trofeo con ufanía pero sin perder esa vaga actitud de respeto con que siempre la trata; frente al poder de muerte del Cazador, la Recolectora posee un poder de vida que a él le sobrecoge. El rostro del Cazador está atirantado por la fatiga y orlado por una espuma de sangre seca; mirándole, la Recolectora recuerda al hijo que parió en la pasada luna, también todo él sangre y esfuerzo. Se enternece la mujer, acaricia los ásperos cabellos del hombre y decide hacerle un pequeño regalo; durante el resto del día, piensa ella, y hasta que el sol se oculte por los montes le dejaré creer que es el amo del mundo. “Un pequeño error de cálculo” (Rosa Montero).
Cuántas veces las mujeres mienten a los hombres; en cuantas ocasiones fingen saber menos de lo que saben; quienes dominan el arte del chantaje permanecen emparejados y creen alcanzar el para siempre e imaginarse amados. “Para vivir tenemos que narrarnos; somos un producto de nuestra imaginación y no te dejes influir por una crisis de gritos y lágrimas. Piensa en el dicho del cocodrilo que llora porque no se ha comido a su presa”. ¿Manipulación?
Yo aprendí y siempre preferiré demostrar el afecto molestando y necesitando menos, te quiero pero no te necesito, y aunque lo crean ofensa es halago y amor; porque el respeto, la admiración, la compañía, el afecto y menos el tiempo no se piden. Y sin entender, recurrentemente observo que al sexo opuesto le enamore ser necesitado y me sigue sorprendiendo que permita ser usado para cubrir el gusto, el consumismo y la comodidad.
Conozco los olvidos pero no la atrocidad y menos la desolación del amor, yo no he llorado amores he llorado pretextos que matan mejor, porque al amor inconcluso como a los muertos siempre se les quiere bien. “El dolor es sordo pero sigue vivo”.
Lo importante es el recorrido y los caminos que acercan distancias, con los momentos y recuerdos que también se hacen baches; con las culpas, los olvidos y la percepción que te hace santa y también puta, pero está la muerte que venera y reivindica, volviéndote mártir; y parece justo, por qué en qué vida no encuentras siempre una poca de mierda. ‘Somos infinitamente generosos con los muertos amados; porque siempre es mucho más difícil ser generoso con los vivos”.
Balaustre:
La editorial padece dislexia desperaBa (d) en la página 17