Mis entrelineas de ‘Amarres perros’
Yolanda Valenzuela
(@Yovaro)
Encontrar la verdadera amistad entre los once o doce años de edad y decidir que son a quienes y a dónde siempre regresarás, independientemente de los años, los caminos y la vida; y eso, valida en toda su extensión las 631 páginas de ‘Amarres perros’ de Jorge G. Castañeda; porque a veces nos lleva la vida completa o buena parte de ella, descubrir que todas las relaciones son una decisión; las buenas y también las malas.
Coincido en lo desagradable que resultan las tradiciones, y pudo encantarme la ironía en cascada de dichos y refranes con que señaló y fue cerrando épocas, vivencias, experiencias y capítulos, hasta llegar al final del libro, aunque los dichos no alcanzaran para cerrar el ciclo.
Y cuando digo que no cerró el ciclo lo hago desde mi percepción, literalmente puntualizó tantas veces la comodina y placentera manera de vivir su etapa actual que, está intentando por escrito el autoconvencimiento y de paso pedir que alguien lo persuada de lo contrario.
Las soledades son reales o inventadas según el momento y ganas de regodearse en el mal sabor que todo el mundo encuentra a su paso, lo que sí no le creí, es su locura por la conductora por muchos motivos y el principal; Jorge posee la inteligencia y preparación más allá de lo que puede juzgarse necesaria para existir pero nunca suficiente para conquistar la vida y los deseos, hecho que confronta la razón y el corazón; la pasión por sus proyectos define el pensamiento analítico para concretarlos, entonces: puedo entender que se haya convencido para apasionarse, pero sobre todo analizado el contacto que logra y genera la conductora con la gente, sin mencionar el arrastre por tener presencia continua en medios y la familiaridad que produce la televisión, tan conveniente para su candidatura independiente, si se hubiera concretado, porque eso es, lo que Jorge justamente no tiene o no hace. ‘Contact’
Aunque lo desdeñe toda mi vida, por alguna extraña razón el porcentaje de votos en Elecciones Constitucionales siempre se decanta por los individuos que retratan carisma, no necesariamente lo son; la sapiencia, experiencia e inteligencia dibuja una linea abismal que se confunde con antipatía, pedantería y rechazo, casi siempre una mala lectura.
Resulta imposible creer y hasta pensar que Jorge pudiera enamorarse, su inteligencia es tanta que le alcanza para aceptar que sus soledades a veces las padece su hijo, y lo anterior es el martirio que padecemos los hijos con una madre o padre sin pareja y que ellos siempre niegan y nunca arreglan.
A mi me lleva mucho tiempo entender comentarios muy simples, se quedan revoloteando meses, a veces años, hasta que un día se acomodan para darle la razón a quien me lo haya compartido y así, hoy puedo decir que, lo único que me quedé esperando del libro de Jorge G. Castañeda, son mas detalles de su relación con la conductora, aunque sea por morbo.
Lo demás es la historia personal y pública de una persona que reúne todo lo que tanto necesitamos en las diferentes áreas y temas urgentes del México que, realza tarados y ningunean inteligencias.
Balaustre: Solo espero que el concurso Alfaguara sea condescendiente y permisivo en los errores que encuentre en las obras que concursan anualmente; tan tolerantes como los lectores que descubrimos sus errores editoriales en ’Amarres perros’ de las Pág. 462; Pág. 446 entre otros que encontré al inicio y no los señalé por la pereza de levantarme por un bolígrafo.
