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@yovaro2011-10-26
La dignidad como condición inherente del ser humano es inviolable y resulta contradictorio cuestionar la falta de ella en la muerte de líder libio Muamar Gadafi y observar su cadáver en fotografías y videos que dieron la vuelta al mundo.
No puedes oprimir indefinidamente un pueblo sin provocar odios y pretender una muerte digna y para que aquellos políticos que desean perpetuarse en el poder, conviene recordar el final de sus vidas de solo algunos dictadores en la historia.
Augusto Pinochet, su cadáver provocó graves disturbios callejeros entre sus víctimas y sus partidarios. Fue incinerado sin recibir honores de Estado por causar la muerte y desaparición de más de tres mil personas.
Adolfo Hitler murió por sus propias manos en el búnker que había mandado construir para proteger su vida, momentos antes de que Berlín fuera tomada por las tropas aliadas. Sus cenizas no aparecieron.
Benito Mussolini fue golpeado por las multitudes, desmembrado y escupido mientras colgó de cabeza durante días hasta que no se pudo soportar la fetidez de su cuerpo.
Nicolae Ceausescu, dictador rumano, se supo que ocurrió de manera espantosa a manos del pueblo rumano.
P.D. El tirano reclama vino dulce de las uvas ácidas. Khalil Gibran