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EDITORIALES


Anudar el hallazgo


La historia del día en la palabra de hoy:


La palabra de ayer, la perdida, la del miedo, la excusa
La del mañana, con incógnita, magia e incertidumbre
Y una sola palabra con intensidad, anudar y vivir el hoy.


Siempre ahora.








(Iniciamos 366 historias)
08 de enero 2015

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Hilar alianzas








Hilar alianzas




Desperté en la rara sensación del desprendimiento, la ausencia de mis habilidades, la luna muda de anoche con su amarillo viejo que envuelve los recuerdos valiosos del año que ya se va, aunque ya no entiendo lo que dice. 
Dormí menos y no soñé nada, el contrasentido exacto  del anochecer de cada día, soñar mucho y dormir poquito, y en lo poco; que no me describe inicié mis cavilaciones.


Y, como cada día, sin ser costumbre de las que aburren y nada enseñan, comenzamos, Emilia mi amiguita imaginaria  de ‘twitter´que siempre me hace precisar los ovidos, la ocurrencia y la ironía con su sentido del humor a veces agrio como dulce, envuelto en la curiosidad que no sé si es duda o presencia, certeza o usurpación. 


Emilia:  No des paso a la angustia... 
Los genios tienen días de sombra.



Creí leer gusano que no sabe bailar, es un gusano paralítico pensé, así nacen las mejores historias, de una mala lectura.





__ Si no sabe bailar... 
Es un potente indicador... 
Ojo ahí... 




¿Me estás hablando del gusano o del gusano? ¡No me respondas!



__ Epa...
No suelo ser obediente...

(LOL)





Y en la no lectura que a tantos les intriga las medias charlas que motivan mis comentarios sin secuencia porque la cuenta de Emilia no es pública, tiene candado, dicen de  ella que en ocasiones es él y en la mayoría de las veces otros, pero siempre es aporte, complementa el comentario y la intención, redondea la actitud y tranquiliza, encontró en mi cuenta lo que yo ignoraba que me pertenece, la fantasía respalda el enigma, ella lo llama ingenuidad, y parafraseando al clásico refuto: 

“Nada se parece tanto a la ingenuidad como el atrevimiento” 

(Oscar Wilde)




El para siempre en tiempos modernos: "Monogamia sucesiva". *(1) 
¿Cómo ven?



__ No logro observar, aquello...




Uno tras de otro




__ Cultura de lo desechable...





Con el tiempo que lleva sincerarse y confiar, motivar el deseo, eso sin contar que la admiración no se construye porque es espontánea. 
¡Que pereza!




__ Ufff

Nosotras somos a la antigua...

En los tiempos de hoy...

Eso no corre...

Hoy prevalece la cultura del envase y la sexualidad.






Mi tía estacionó en mi mesita de guardar el polvo un san José porque consigue maridos perfectos, mi Buda lo reta del otro lado, mi pobre Buda, en lugar de tenerle la barriga lustrosa de porvenir o porllegar que me gusta más para la esperanza y el sosiego que da cumplir lo que decreta la imaginación, escribe el deseo y realiza la voluntad con decisión. 


El polvo contiene su barriga, la tierra que no siempre es olvido y no es seguro que sepulte. 
¡Ahora entiendo!
(LOL)







__ ¿Qué es éso "Maridos perfectos"?
¿Plato exótico o un árbol?
(LOL)






Un tal José y no hablo de aquella letra de Emmanuel donde José induce a la infidelidad y una manos que toman el amor con la espalda, antes de romper los papeles que anulan el vínculo que ata a la obligación y el desencanto con la herida de soñar sola donde otro cuerpo estorba. 




Hablo de José casto y digno  que estoicamente  abrazó la Fecundación In Vitro o del espiritu santo, la obra y gracia con que le resultara María la que no parió pero fue madre del hijo que obró milagros en un mundo que se parece tanto al nuestro, un pueblo con gente como la que nos rodea hoy, que crucifica la bondad y celebra la avaricia, donde cualquier tarado con suerte nos representa  y el instruido  se pierde en la disyuntiva del servilismo, la mediocridad conformista o el olvido; esa esfinge que llegó a mí mutilada, sí, ¡está mocho! 
y me carcome la curiosidad y motiva mi imaginación, qué le pedirían que cortaron su mano.



__ Menos mal que la mano...

(LOL)





En la cabeza de las viudas están los maridos perfectos, el para siempre de una vida que toleró los desencuentros, salvandos las distancias en esos mundos que se construyen a la sombra de una vida cómoda y muchos en la decisión de no extrañar el precio, se reencuentran cuando los años se fueron y en los que faltan está  el valor, la dignidad y el respeto, ese plus que ilumina tu espejo secreto, de donde sale José a cumplir antojos pero no a enderezar jorobas. 




Ese José  amputado en la herejía del morbo o el accidente del descuido que no dice tanto como el doble sentido,  más tardo en devolverlo  a su dueña que es mi tía, y mi mamá servir de conducto e instalarlo nuevamente en la mesa de guardar el polvo y las dudas en el lado derecho de mi cama, y así llevamos años, mi mamá no quiere morirse sin verme acompañada por obra de varón que la represente dígnamente para que continúe su ambicioso legado de amargarme la existencia y desdeñar mis letras sin destinatario, como si yo necesitara elemento que valide mi inspiración,  tergiverse la intención y juzgue mi actitud, confundiendo la fantasía y la historia con su impropia verdad.  




La magia siempre se rompe con cualquier compañía vulgar e ignorante del que nació sin el don de inventar, la mentira que se instala en el cuento y las ganas de imaginar que yo descubrí al terminar la primaria,  me gané un castigo cuando para fin de curso nos pidieron describirnos e inconscientemente encontré agradable descubrirme;  mi mamá leyó el tema y todavía no entiendo que mal pensamiento de mujer sin marido y resentida de un mal divorcio me cobró en mis primeras letras y ahora espera que mi inspiración seduzca.


En aquel entonces me encontraba  muy lejos de comprender que, jamas persona alguna llenará una descripción, las personas se disfrutan no se analizan y no importa que siempre lo olvide, al menos alcancé la libertad en la rebeldía,  las monjas ignoran lo majestuoso de semejante ejercicio porque ellas mueren en la cerrazón de una adoración enferma y la ignorancia del fanatismo en los cultos que asesinan el cuestionamiento, la lógica y la razón que por fortuna aprender desocupa, el tiempo  y la superación desmienten y enseñan a desaprender la información  inútil como estúpida, y, como dijo mi sobrina al preguntarle que aprendió en el primer día de su primer grado en el colegio de monjas: 

¡Mi Sor nos dijo que tuvieramos cuidado con los 'lombres'!


Cómo puede alguien cuidarse de lo que todavía no pronuncia con destreza, recordé cuando me dijeron que, una señorita seria no se ponía 'shorts', como si la decencia se encontrara en lo corto y en lo largo de cualquier tema que hoy pudiera motivarme.




Y sí, cuando la soledad te abruma, con una voz bonita, el mínimo del cariño y la cercanía necesaria para la confianza siempre se puede ceder o concederte una noche de pasión que ni sabes si será reconfortante aunque te acaricien el lugar indicado que trasporta a paraisos momentaneos y no siempre recurrentes, donde desembarca la bruma y el peso del exceso, ahí  donde se esfuma la lujuria y el atrevimiento, que al no ser paginas que admiten enmendaduras, tachones y borrones porque los errores no se ignoran,  la arrancas con decisión que deja marca pero no constancia, el  deseo imposible de perderte en lo inhumano, abrazarte para huir como papalote en el humo de un cigarro o hundirte en el abismo de cualquier almohada que siempre sirven de paracaídas, esos silencios que repelen el comentario de prolongar y detallar el tema que ya no ocupa, las mentiras bonitas enmudecen y los suspiros se asfixian, solo queda la sonrisa chueca para sostener una soledad mas presente que precisa y  recordarte que, debe existir el lugar donde la prisa se acabe.




Todos tenemos derecho a descubrir la desmemoria y aprender a ver la bondad en la memoria selectiva que cuando el tiempo pasa, la tormenta mas agresiva provoca risa, y más risa, solo risa cuando recuerdo el reclamo de mi exesposo: "decepcionas con tus comentarios" porque
lo contradije desde el lugar de las verdades que es el alma, al responder sin calcular qué, ni por un momento pensara que nos iban a inhumar juntos, no estaba encontrando la manera de convivir con él en vida como para que yo alimentara su esperanza de planear la muerte y morar la eternidad en su compañía, si yo buscaba desperadamente el pretexto y la oportunidad para desatar el error  y enterrar aquel presente con un desahogo sin igual, defendí la verdad tratando de sostenerla con la objetividad que jamas se encuentra para el rídiculo que hiere mucho, cuando no se comparte. 


Cuando les conté esa anécdota a mi mamá y mi tía donde siempre rescato mi ternura y voz dulce, me dijo:

¿Tenías que decirlo?

¿Era preciso ser tan sincera cuando la muerte se antoja demasiado lejos?


Quedó muy claro que el asunto no es de santos ni milagros, es acallar la sinceridad para no desairar locos, que no creo poder aprender.




El santo es endosado pero a Buda lo adquirí yo, de la lectura de su vida conservo  la admiración por defender la propia manera y perseguirla sin ninguna seguridad de encontrarla; la verdad que entone mis cuestionamientos, incluso los rebeldes y eso significa la historia de Buda, principalmente la del mío que llegó a mí en lo peor de mi matrimonio, el inicio al que nunca le llegó el después.




La decepción como la admiración  casi siempre es recíproca, pesan mucho las expectativas ajenas, escucho a las personas que desde el amor adelantan reconocimiento y éxito que necesitan colgar, el trofeo que valide su inversión. 




Como contemplar mi muerte, seguido me descubro en la tercera persona que no soy, con virtudes sin conquistar, enuncian triunfos  que humildemente concurso y que no me duele perder, porque en cada error, como en cada caída se escribe un mejor párrafo.




De cada intento y después de cada tristeza, las palabras combinan mejor, muy pocas veces he creido encontrar el amor y sí perdí la fe, también descubrí un pedazo de mí, que estando oculto saboteó la entrega sincera, mi pequeña verdad, calculando no se encuentra el para siempre.   





No creo en nadie y menos en los santos porque la perfección es figurada y proporcional al conocimiento que tengo de mí misma, encontrar  la mínima duda y reconciliar el último de mis temores de cada uno de todos mis rincones.





Así que no espero nada del tal José que se empeña en custodiar el lado derecho de mi cama donde persiste la incredulidad, y en el izquierdo un Buda en silencio al que no observo seguido porque su historia no es mi verdad, pero me recuerda, dar la espalda al error  y caminar entregando el corazón sin dudar, mucho o poco es lo mismo, cuando indefectiblemente el tiempo se agota y cada quién llega lo más rápido que puede.   



Todo se construye, menos la admiración, hasta los rotos y descosidos también la tienen que provocar.

*(1)  Ligar en tiempos modernos

http://elpais.com/elpais/2015/10/23/eps/1445602424_708600.html





Balaustre:

Que nadie, por sus dichos o por sus actos,te conmueva para que hagas o digas nada que no sea lo mejor para tí.
(pitágoras)