viernes, 25 de septiembre de 2015
Capicúa
Capicúa
No conozco sombra más inútil
que la propia,
lapa hostil que acecha pero
no colabora.
Como sueño impropio
sin esperanza que,
redunda las noches sin dormir,
en el ocio con paz y,
en los pestañeos del alma.
Sombra hueca sin peso
ni porvenir,
que no te dobla pero
obstaculiza con altura de
gran dificultad;
como los rencores
de un mal olvido donde
los buenos recuerdos
siempre se agrian.
A una sombra no la vence
ni el ahínco testarudo,
pero siempre necesitarás luz,
el brillo de una mirada mía
de lado y con descuido
para no apagarte antes
de tu anochecer.
Balaustre:
Eres la atención que yo te dedico,
nunca estás, existes cuando yo quiero