Todos los amores se inventan
Al lado de un gran hombre hay una mejor mujer y, atrás de una gran mujer muchos sapos; porque en todos los tiempos los amores se han inventado.
Una promesa refleja la actitud de una decisión y un sentimiento de un momento que, se vuelve mentira en el tiempo.
A cierta edad dejas de sentir y se vuelve atractivo pensar y contar mentiras para construir sorpresas que, a veces necesitamos para creer que despertamos, aunque sigamos dormidos.
Una mentira bonita siempre quiere tener dueño, y reclamamos atención cuando el vacío es muy grande.
La mentira siempre encanta porque es un regalo, que como la hipocresía forma parte de la buena educación, parientes muy cercanas, que hacen feliz, por qué repartir culpas cuando descubres la verdad.
Por eso yo siempre aclaro, me encantan las mentiras y...
después no quiero reclamos.
Pretender cambiar a las personas es asesinarlas, radiografía de un momento que hace alarde de una intención para ocultar lo que a veces no llegará. Y lo único que hacer ver tierno a un petulante, bruto y tonto es la magia.
Si meditamos fríamente nos daremos cuenta que no hay exageración, en afirmar que para querer a las personas tenemos que cerrar los ojos e imaginarlas, dibujarlas. Si las amamos con los ojos abiertos como sugiere Jorge Bucay el amor no existiría, solo seria cohabitar y convivir.
A lo que muchos se logran integrar por comodidad y aceptan retribuir a la mano que estira y se vende a la comodidad del que mejor satisfaga el consumismo y el confort de la facturas pagadas; que no te quieran te libera del compromiso y la responsabilidad de mantener vivo el deseo, la atracción y la tolerancia que nos lleva a la consideración del detalle constante que adula y motiva al amor.
Algunos amores son de libro, otros afectos de café, y los tiempos modernos que nos regalan la posibilidad de un amor lejano en la computadora pero presente en el pensamiento, sin olvidar los de WhatsApp mas reales y constantes pero
¡Todos inventados!
Balaustre:
Combinaciones extrañas
Bruto y tonto