Las mujeres pueden tener múltiples aspectos en común, pero lo cierto es que no comparten una esencia, puesto que sus divergencias sociales e individuales pueden llegar a ser enormes. Valcárcel, lo único que verdaderamente comparten las mujeres es una posición genérica: “una voluntad de abolir sus aspectos degradantes” y esto es precisamente lo que le otorga a las mujeres el derecho a hablar como colectivo y hablar cada una en nombre de ese colectivo.
Aunque está claro para todas y todos que pertenecer a un sexo no iguala ni a hombres ni a mujeres, todavía persiste una confusión, una “trampa”, como la denomina Valcárcel, respecto a: las mujeres forman un colectivo homogéneo con características específicas y diferenciadas. Mujeres y poder, binomio conflictivo http://www.mujeresquetrabajan.com/poder/mujpoder.htm
Valcárcel hace alusión a la falta de modelo y lo importante de resaltar, admirar e imitar mujeres con poder y agrego: mujeres de diferente perfil; sobriedad, femineidad, señorío y autenticidad, que identifico en una coincidencia: suficiencia inteligente donde los reflectores, ambiciones e intereses profesionales y políticos no rebasaron su intelectualidad: .Julia Carabias, Rosario Green, Olga Sánchez Cordero y Xóchitl Gálvez Ruiz.
Si bien es cierto que las mujeres no sabemos unirnos y urge aprenderlo, sabido es que con solidaridad y empatía sin dirimir la crítica con verdad, no lograremos motivar el verdadero crecimiento, ordenando aquellos espacios donde inician las diferencias que nos gusta desdeñar pero no reconocer y alimentamos nosotras mismas.
Desde el hogar inicia la tendencia no igualitaria que saboteará el desarrollo profesional, público y el futuro en general; en mi experiencia personal son las mujeres quienes se retraen ante un cerebro inteligente de mujer al igual que ante una mejor imagen, iniciando una competencia carente de inteligencia que evidencia inseguridad y carencias de quien la inicia.
En la irresponsabilidad de una mujer siempre habrá la excusa de un embarazo, un niño accidentado o enfermo, lactancia, una domestica que no llegó e imponderables varios que generaran realizar ajustes en agendas ajenas, obstaculizando objetivos y optimización de tiempo y recursos además que: la actitud, deseo y pretensión personal de otra mujer que afecte mis decisiones y acuerdos obligándome a la modificación, no está implícito en la solidaridad y empatía de género mi consentimiento y tolerancia; el poder y la solidaridad femenina, no es virtud, sino una necesidad; el compromiso de apoyar a las otras indiscriminadamente no existe, solo no criticar aceptando el límite es: donde inicia el derecho de los demás
Los varones admiran la inteligencia, aunque las prefieran de coeficiente intelectual bajo, sin reconocerlo ò admitirlo en su mayoría, pero se integran en consecuencia al igual que rendirse ante un físico atractivo, imagen interesante ò actitud sumisa, sin causarle inseguridad un mejor atuendo porque jamás observan, si bien la exageración de las miradas y algunas veces el atrevimientos de palabras sin mesura hacen sentir incomodidad, la alternativa del SI y el NO otorgan libertad a quien las recibe, además que con carácter e inteligencia no hay problema sin solución, a pesar de ello sigue siendo una actitud más sincera que la guerra sin cuartel y sin motivo de mujeres inseguras cuidando lo poco o mucho que hayan conseguido, sintiéndose amenazadas ante la duda y sospecha imaginaria de perder el espacio.
Las mujeres se quejan del acoso constante del varón, que en algunas ocasiones es con precio, primero consintieron, cedieron y disfrutaron para quejarse a destiempo y en ambos sexos resulta igual de repugnante ventilar la privacidad, olvidando que el intercambio de placer es a petición de parte y voluntad expresa.
De las personas se debe decir lo que es, varones, mujeres, alternos y subalternos en lo personal, privado y público, extraños ò familiares, todos, al fin, seres humanos, porque lo que afecta sobremanera es no decir lo que se piensa por miedo o temor.
Mantener ò no invicto: respeto, dignidad y autoestima tiene su precio y se paga en las consecuencias con la elección de nuestras decisiones.
Con insistencia subrayo, los días internacionales y nacionales festejando a la mujer, solo contribuye a la sobrevaloración evitando asumir que la igualdad llegó hace mucho, pero encontraron comodidad manteniendo vigente martirizar el concepto y desfasando la objetividad, la mujer aprendió y mejoro el vicio del machismo, con algunas excepciones como en toda regla, ratificándolo las estadísticas nacionales actuales de varones maltratados:
No es raro que los humanos estemos tan lejos de entendernos si en privado suplicamos lo que en público desdeñamos, ignorando la satisfacción que produce comunicar los errores y defectos con sinceridad, desdén y cinismo.
Quien no encuentra comodidad en un pedestal de admiración y respeto. Solo desciende.