Noticia robada

Se robaron la noticia los representantes de la Iglesia Católica al posesionarse de los editoriales de prensa escrita y noticiarios de televisión, manifestando los pecados capitales con sus deplorables comentarios y argumentaciones que evidencian soberbia e ira, además de no preocuparles dejar en entredicho algunos de los siete dones del Espíritu de Santo, sabiduría, consejo y piedad.



La corte declara constitucional el matrimonio entre personas del mismo sexo, derecho a la adopción, logro de gran relevancia y trascendencia para una sociedad plural, noticia que embarga de satisfacción, enseñanza y motivación para continuar luchando en el resto de los Estados que no contamos con el privilegio de ser representados por una Legislatura sobresaliente como la actual en el Distrito Federal, además de un Jefe de Gobierno preparado, audaz con poder de convocatoria y gestión, promoviendo las reformas urgentes al Código Civil.


El revuelo noticioso al vencerse hoy el plazo para retractarse el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez de las declaraciones que comprometen la verdad, el honor, reputación y honorabilidad de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como al Jefe de gobierno, con la posibilidad de tornar los hechos en su beneficio con su palabra comprometida al adelantar decisión de entablar demanda por injuria ó calumnia de no recibir disculpas públicas, sentando un precedente para escarmiento de los demás, en lo sucesivo se mesuren en sus intervenciones de la vida laica del país.


La obstinación de la Iglesia católica me parece sobreactuada, pudiéndose pensar que hubiera pacto de por medio por así convenir a los intereses de los participantes previamente acordado, principalmente si tomamos en cuenta las aspiraciones políticas de Lic. Marcelo Ebrard Casaubón para contender en el proceso electoral del 2012 a la presidencia de la República, puntualizando el beneficio de los reflectores, brindándole la oportunidad de recordarle a la ciudadanía las gestiones acertadas y logros en su administración, situando al Distrito Federal como ciudad cosmopólita cuando están por iniciar celebraciones del Bicentenario.


Nada es coincidencia, todo es providencia.